Cuando ves a tu perro haciendo un movimiento brusco de garganta como si fuese a vomitar, pero sin expulsar nada, estás presenciando un episodio de arcadas o "dry heaving". A simple vista puedes creer que quiere vomitar, pero en realidad se trata de un reflejo que busca proteger su vía aérea o expulsar algo irritante del esófago o la tráquea. Aunque a veces ocurre de forma aislada, si se repite, es una señal que no debes ignorar.
Causas más comunes de las arcadas
Objetos extraños
Tu perro es curioso por naturaleza, y no es raro que ingiera pequeños objetos como astillas, huesos, pelotas o espigas. Si quedan atrapados en boca, garganta o esófago, verás que babea en exceso, se frota el hocico o presenta arcadas continuas. En casos graves, el veterinario deberá extraer el objeto mediante endoscopia o, si es en la laringe, cirugía.
Reflejo irritativo: Moco, polen o alérgenos
La exposición ambiental a polvo, pólenes o contaminantes puede inflamar ligeramente la garganta. Eso provoca arcadas sin vómito, especialmente si tu perro es alérgico o sensible al ambiente. Si aparecen frecuentemente en determinados escenarios, una limpieza ambiental o terapia antiinflamatoria puede ayudar.
Infecciones respiratorias
Existen varias infecciones que desencadenan arcadas:
- Tos de las perreras (Kennel Cough): Causa una tos seca, áspera, acompañada de arcadas, estornudos o incluso vómito
- Bronquitis y traqueobronquitis: Inflamación de los bronquios que provoca episodios de tos que terminan en arcadas o expectoración
- Neumonía o irritación por infecciones virales: Pueden presentar tos húmeda o seca y arcadas
Si las arcadas van acompañadas de congestión, fiebre, letargo o secreciones, consulta al veterinario para iniciar antibióticos o tratamiento específico.
Tráquea colapsada y parálisis laríngea
- Tráquea colapsada: es común en razas pequeñas y provoca tos tipo “honking” que culmina en arcadas .
- Parálisis laríngea: ocurre en perros mayores, sobre todo grandes, al fallar los músculos que abren la laringe. Esto provoca arcadas, voz ronca e intolerancia al ejercicio .
Ambas situaciones requieren manejo veterinario: Desde cambio a arnés y medicamentos, hasta cirugía (como el "tie-back") en casos graves.
Reflujo gastroesofágico (ERGE) y esofagitis
Cuando el ácido del estómago regresa hacia el esófago, puede irritar la zona y desencadenar arcadas, regurgitación, sensación de culpa y frecuente deglución. El tratamiento incluye cambios en la dieta, antiácidos y, si se confirma, medicación prolongada.
Megaesófago
Este trastorno hace que el esófago se dilate y pierda capacidad para transportar alimento o saliva al estómago.
El resultado son regurgitaciones frecuentes y arcadas. El diagnóstico suele confirmarse con radiografías, y el manejo implica elevar comederos, alimentación más frecuente y, en ocasiones, medicación para mejorar el peristaltismo esofágico.
Torsión o dilatación gástrica (bloat/GDV)
Es una urgencia médica: el estómago se llena de gas, se expande y puede torcerse. Las arcadas secas son uno de los primeros síntomas, junto con abdomen distendido, babeo salival, inquietud o colapso . Si sospechas bloat, acude a urgencias sin demora: la vida del perro está en peligro.
Tumores o masas en garganta o esófago
Si hay crecimiento de tejido en la zona (tumores benignos o malignos), pueden producir irritación, arcadas recurrentes y dificultad al tragar. Requieren diagnóstico por imagen (radiografía, ecografía o endoscopia). Los tratamientos pueden incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.
Mi perro tiene arcadas como si tuviera algo en la garganta: ¿Cuándo se debe actuar?
Por más que las arcadas puedan parecer un gesto inofensivo o pasajero, hay momentos en los que se debe actuar de inmediato.
Si ves que tu perro intenta vomitar pero no puede, y al mismo tiempo tiene el abdomen hinchado, está inquieto, babea más de lo normal o parece tener dolor, podrías estar frente a una torsión gástrica, una emergencia médica que requiere atención veterinaria urgente.
También debes actuar rápido si las arcadas son persistentes por más de 24 a 48 horas, especialmente si van acompañadas de otros síntomas como fiebre, decaimiento, pérdida de apetito, dificultad para respirar o cambios en su comportamiento habitual.
Otro escenario que no puedes dejar pasar es si sospechas que se ha tragado algo, como un hueso, un juguete pequeño o una espiga.
Si tu perro muestra signos de malestar evidente, como arcadas intensas, movimientos compulsivos de lengua, tos, o si intenta rascarse la boca con las patas, lo mejor es llevarlo al veterinario de inmediato para descartar la presencia de un cuerpo extraño.
Igualmente, si notas que tu perro tiene una tos seca que termina en arcadas, especialmente si ha estado en contacto con otros perros, podría tratarse de tos de las perreras, una enfermedad contagiosa que necesita tratamiento médico.
En todos estos casos, lo más importante es no esperar a que “se le pase solo”. Actuar a tiempo puede marcar una gran diferencia en su bienestar y recuperación.
Prevención: ¿Se puede evitar que un perro tenga arcadas?
Cuando se trata de la salud de tu perro, la prevención siempre será tu mejor aliada.
Aunque no siempre se pueden evitar las enfermedades o accidentes, hay muchas acciones simples que puedes incorporar en la rutina diaria de tu mascota para reducir significativamente los riesgos.
Por ejemplo, mantener fuera de su alcance objetos pequeños que puedan tragarse, como huesos partidos, pelotas pequeñas o juguetes con piezas sueltas, puede evitar que sufra atragantamientos o arcadas por cuerpos extraños.
También es fundamental brindarle una alimentación adecuada, dividida en porciones razonables y con tiempo suficiente de reposo después de comer, especialmente si tienes un perro de pecho profundo, más propenso a sufrir torsión gástrica.
Otro aspecto importante de la prevención es mantener al día su esquema de vacunación, en particular las vacunas contra enfermedades respiratorias como la tos de las perreras.
Si tu perro es alérgico o sensible a su entorno, intenta reducir al máximo la exposición al polvo, humo, productos de limpieza agresivos o ambientes con mucho polen.
Para razas pequeñas o con problemas respiratorios, usar un arnés en lugar del collar también puede marcar una gran diferencia, ya que evita la presión directa sobre la tráquea.
Finalmente, nunca subestimes el poder de la observación: conocer bien a tu perro te permitirá detectar cualquier cambio en su comportamiento, por pequeño que parezca, y actuar a tiempo para evitar complicaciones mayores.
Protege a tu mascota en forma fácil con Cacttus
Cacttus te ofrece un seguro veterinario 100 % digital, pensado para tu perro o gato, que cubre desde diagnósticos (como análisis de sangre, orina, radiografías y ecografías), hasta procedimientos mas complejos, hospitalización y cirugías. Incluso, los medicamentos recetados en consulta.
Lo mejor es que no estás atado a una clínica: puedes acudir a cualquier veterinaria de Chile para garantizar la mejor atención.
Además, su proceso de reembolso se realiza con facilidad presentando tu boleta a través de la App, y en muy poco tiempo recibes el reembolso directamente en tu cuenta.
