Gingivoestomatitis Gatos: Síntomas, Causas y Tratamiento

Ana Fernández
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July 23, 2025
Gingivoestomatitis Gatos: Síntomas, Causas y Tratamiento
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La salud bucal en nuestros compañeros felinos a menudo se subestima, pero puede tener un gran impacto en su bienestar general. En este artículo te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre la gingivoestomatitis en gatos, una enfermedad que no solo provoca mal aliento y molestias al comer, sino que también puede llevar a la pérdida de dientes y a un dolor constante si no se detecta a tiempo, afectando seriamente su bienestar y calidad de vida.

¿Qué es la gingivoestomatitis felina?

La gingivoestomatitis crónica felina es una afección oral de carácter persistente que provoca una inflamación intensa en los tejidos blandos de la cavidad bucal, como las encías, la lengua o el paladar.

Se diferencia de una gingivitis común por ser mucho más agresiva, ya que suele estar relacionada con una respuesta inmune exagerada a la placa bacteriana que se acumula en los dientes del gato. 

En esencia, el sistema inmunológico del felino reacciona de forma desproporcionada incluso ante pequeñas cantidades de bacterias bucales, desencadenando una inflamación intensa y dolorosa. 

En algunos casos, la gingivoestomatitis en gatos está relacionada con infecciones virales, siendo comunes el calicivirus felino (FCV), el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) y el virus de la leucemia felina (FeLV).

Estas enfermedades virales debilitan las defensas y facilitan que las bacterias provoquen una inflamación crónica en la boca. 

Además, a menudo la gingivoestomatitis aparece junto a otras patologías orales como la enfermedad periodontal o la reabsorción dental felina, lo que complica aún más el cuadro. 

Existen también factores de riesgo que pueden predisponer a un gato a desarrollar esta condición. 

La convivencia con múltiples gatos, el estrés crónico y la genética juegan un papel importante. 

De hecho, en un estudio realizado en el Reino Unido por el Programa VetCompass del Royal Veterinary College (RVC), se ha observado que ciertas razas, cómo el Siamés, Maine Coon o Abisinio, tienden a sufrir gingivoestomatitis con mayor frecuencia, lo que sugiere un componente hereditario en la enfermedad.

Causas de la gingivoestomatitis en gatos

No siempre es posible identificar una causa exacta de la gingivoestomatitis felina, y en muchos casos se la considera idiopática (de origen desconocido). 

Sin embargo, varios factores contribuyentes han sido reconocidos:

  • Infecciones virales: Virus como FIV, FeLV o el calicivirus felino están asociados a un mayor riesgo de gingivoestomatitis, ya que comprometen el sistema inmune del gato.
  • Reacción inmunológica exagerada: Algunos gatos generan una respuesta inflamatoria descontrolada frente a la placa bacteriana en sus dientes, lo cual desencadena y agrava la enfermedad.
  • Bacterias bucales: La acumulación de sarro y bacterias en la boca puede provocar inflamación crónica de las encías y mucosas, sirviendo de detonante para el problema.
  • Predisposición genética: La genética del gato influye; ciertas razas son más propensas a padecerla.
  • Higiene oral deficiente: Una pobre higiene dental favorece la formación de placa y sarro, lo que a su vez mantiene un estímulo constante de inflamación en las encías.

Como vemos, la gingivoestomatitis suele ser el resultado de una combinación de factores. 

En ocasiones, incluso tras pruebas y análisis, no se logra determinar una causa única (de allí el carácter idiopático en muchos diagnósticos). 

Lo importante es entender que cualquier gato puede desarrollarla, especialmente si confluyen varios factores de riesgo al mismo tiempo.

Síntomas de la gingivoestomatitis en gatos

Al inicio, los signos clínicos pueden pasar desapercibidos o confundirse con otras molestias, pero a medida que la inflamación empeora, los síntomas se vuelven evidentes. 

Presta atención a las siguientes señales en tu gato, ya que son las más comunes en casos de gingivoestomatitis:

  • Dolor o molestias al comer: El gato puede mostrar dolor intenso en la boca, evitando comer o teniendo dificultad para masticar.
  • Babeo excesivo: Es frecuente la salivación abundante (el gato “babea” más de lo normal) e incluso a veces la saliva puede venir con trazas de sangre.
  • Mal aliento (halitosis): Un aliento muy fuerte y desagradable, resultado de la inflamación e infección crónica en la boca.
  • Pérdida de apetito y peso: El dolor hace que muchos gatos dejen de comer bien, lo que conlleva adelgazamiento y desnutrición progresiva.
  • Encías rojas e inflamadas: Las encías suelen verse enrojecidas, hinchadas y pueden presentar úlceras o llagas visibles.
  • Cambios de comportamiento: Un gato con dolor crónico puede mostrarse irritable, esconderse más de lo habitual o reducir su interacción y actividad debido al malestar constante.
  • Pérdida de dientes: En fases avanzadas, la inflamación y el daño en el tejido de soporte dental pueden ocasionar que los dientes se aflojen o incluso se caigan.

Ten en cuenta que no todos los gatos muestran síntomas claros. Algunos felinos, a pesar de estar sufriendo dolor, continúan con su rutina diaria sin que el tutor note cambios drásticos. 

Por ello, es recomendable revisar periódicamente la boca de tu mascota y estar atento a cualquier signo sutil, como mal aliento o que deje de comer croquetas duras. 

Si detectas cualquiera de los síntomas mencionados, es fundamental acudir al veterinario de inmediato para un diagnóstico certero. 

Debido a la naturaleza crónica de esta enfermedad, ignorar el problema no es una opción. Sin tratamiento, la inflamación crónica puede agravarse y permitir que bacterias de la boca ingresen al torrente sanguíneo, llegando a afectar órganos vitales como el corazón, los riñones o el hígado. 

Además, un gato con gingivoestomatitis avanzada podría terminar perdiendo gran parte de sus dientes debido al daño en las encías y tejidos de soporte. 

En resumen, la calidad de vida del gato se ve severamente disminuida si no se interviene a tiempo, ya que el dolor crónico afecta su bienestar general y comportamiento.

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Diagnóstico de la gingivoestomatitis

Para diagnosticar esta enfermedad, el veterinario realizará primero un examen clínico completo de la boca del gato, observando el estado de las encías, dientes, lengua y demás tejidos en busca de enrojecimiento, úlceras o acumulación de placa. 

También hará preguntas al tutor sobre la historia clínica dental del animal (si ha tenido limpiezas previas, otros problemas bucales, etc.) y sobre los síntomas observados en casa. 

Luego, suelen indicarse pruebas complementarias para evaluar el estado de salud general del gato y descartar otras patologías asociadas: por ejemplo, análisis de sangre que incluyan pruebas de virus como FIV, FeLV y FCV, ya que la presencia de estas enfermedades puede influir en el tratamiento. 

Asimismo, radiografías dentales permiten examinar las raíces de los dientes y detectar lesiones ocultas o infecciones debajo de la línea de la encía. 

En casos dudosos o muy severos, el veterinario podría recomendar una biopsia de tejido oral para descartar otras enfermedades graves (como lesiones cancerosas) que pudieran estar causando síntomas similares. 

Todo este protocolo diagnóstico ayuda a diferenciar la gingivoestomatitis de otras afecciones bucales y a establecer un plan de tratamiento adecuado según la gravedad del caso y las causas subyacentes.

Tratamiento para la gingivoestomatitis en gatos

El objetivo del tratamiento es reducir la inflamación y el dolor, así como eliminar o controlar los factores que lo perpetúan. 

Dependiendo de la severidad de la gingivoestomatitis y de la respuesta de cada gato, el veterinario puede recomendar diferentes medidas. 

Las principales opciones terapéuticas incluyen:

Limpieza dental profesional y extracciones

Consiste en realizar una limpieza profunda bajo anestesia para eliminar toda la placa bacteriana acumulada, y extraer las piezas dentales que estén muy afectadas, sueltas o reabsorbidas. 

En casos graves, puede requerirse la extracción de la mayoría o todos los dientes. Aunque suene drástico, esta es la solución más efectiva en muchos gatos severamente afectados. 

Al remover la fuente principal de placa y bacterias, se logra que la inflamación cese. Son muchos los gatos que mejoran notablemente tras la extracción dental completa.

Medicamentos antiinflamatorios y antibióticos

Para controlar el dolor y la inflamación, se usan fármacos antiinflamatorios y analgésicos según indique el veterinario. 

Si hay infecciones bacterianas secundarias (muy comunes por las lesiones en las encías), se recetan antibióticos de amplio espectro. 

Además, algunos gatos se benefician de inmunomoduladores, que ayudan a regular la respuesta inmunitaria del organismo.

Cuidados en casa (higiene y dieta)

Mantener una buena higiene oral en el hogar es fundamental para apoyar el tratamiento veterinario. 

Esto incluye cepillar los dientes del gato regularmente o aplicar geles y enjuagues bucales con clorhexidina (antiséptico) si el veterinario lo recomienda. 

También es importante ofrecer al gato una dieta blanda o húmeda, especialmente durante los periodos de dolor, para facilitarle la alimentación sin lastimar sus encías. 

Terapias adicionales

Cuando la gingivoestomatitis es refractaria (es decir, no responde bien a los tratamientos convencionales), el veterinario podría evaluar terapias alternativas. 

Una opción cada vez más mencionada es la laserterapia aplicada a la cavidad oral, que ayuda a disminuir la inflamación y el dolor. 

También se han ensayado tratamientos con células madre para modular la respuesta inmune y promover la cicatrización de los tejidos dañados. 

Estas terapias suelen emplearse como complementos en casos muy complicados, bajo la guía de especialistas.

Manejo del dolor crónico

Lamentablemente, un pequeño porcentaje de gatos no responde adecuadamente a ningún tratamiento y la enfermedad persiste de forma crónica. 

En estos casos, el enfoque se centra en mejorar la calidad de vida del animal: proporcionar medicación analgésica de mantenimiento, controles frecuentes para manejar brotes inflamatorios y ajustes en su entorno que reduzcan el estrés. El objetivo es que el gato esté lo más cómodo posible pese a su condición.

Para muchos tutores, afrontar un tratamiento tan extenso puede ser un desafío económico. 

En estos casos, contar con el respaldo de un seguro para mascotas cómo Cacttus resulta de gran ayuda para cubrir los gastos, asegurando que el gato reciba el mejor tratamiento disponible sin que el factor monetario sea una barrera en su recuperación.

¿Se puede prevenir la gingivoestomatitis?

Prevenir por completo la gingivoestomatitis no siempre es posible, dado que intervienen factores inmunológicos propios de cada gato. 

Sin embargo, sí podemos tomar medidas para reducir el riesgo de que se desarrolle o al menos detectar a tiempo los problemas dentales antes de que evolucionen a gingivoestomatitis:

  • Higiene dental regular: Acostumbra a tu gato al cepillado de dientes desde temprana edad, usando productos específicos para felinos. La limpieza periódica ayuda a evitar la acumulación de placa bacteriana y sarro.
  • Alimentación equilibrada: Ofrece una dieta de buena calidad que favorezca la salud bucal. Algunos alimentos secos formulados para cuidado dental pueden ayudar a disminuir la formación de sarro, mientras que la comida húmeda en combinación mantiene hidratado al gato. Evita darle únicamente alimentos blandos toda la vida sin higiene dental, ya que también pueden dejar residuos. Lo importante es el balance que mantenga sus dientes limpios.
  • Revisiones veterinarias periódicas: Lleva a tu gato al veterinario al menos una o dos veces por año para chequeos generales. El veterinario revisará su boca en cada visita; así se pueden detectar gingivitis incipientes, dientes dañados o cualquier anomalía antes de que se conviertan en un problema serio.
  • Vacunación al día: Asegúrate de que tu mascota esté vacunada según las recomendaciones (especialmente contra calicivirus, rinotraqueítis, panleucopenia y leucemia felina). Mantener al día las vacunas reduce la probabilidad de que contraiga enfermedades virales que podrían predisponer a gingivoestomatitis.

Mantener estos cuidados no solo protege la salud oral de tu gato, sino que también contribuye a su bienestar general. 

Recuerda que la prevención y la detección precoz son tus mejores aliadas para evitar que una simple gingivitis progrese a una gingivoestomatitis crónica. 

La gingivoestomatitis felina, en definitiva, es una condición dolorosa pero que puede manejarse con el tratamiento adecuado. 

Si notas que tu compañero presenta dificultad para comer, halitosis persistente o encías en mal estado, no dudes en buscar atención veterinaria lo antes posible. 

Con una intervención temprana, muchos gatos logran recuperarse, aliviar su dolor y volver a una vida normal. 

Y como tutor responsable, asegúrate de continuar con los cuidados preventivos a largo plazo, como la higiene dental y controles regulares, para mantener a tu querido felino sano, feliz y sin molestias.

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