La fosfatasa alcalina alta en perros puede ser una señal de alerta sobre el funcionamiento del hígado, los huesos o incluso de desequilibrios hormonales como el síndrome de Cushing. Pero no todo aumento es una emergencia: a veces, el contexto clínico o incluso la edad del perro pueden justificar esos valores sin que haya una enfermedad detrás. Aquí te contamos todo lo que debes saber.
El hígado es un órgano asombroso que lleva a cabo más de 500 funciones vitales. Procesa toda la sangre que sale del tracto gastrointestinal, descompone las toxinas, convierte los medicamentos en formas que el cuerpo puede usar mejor y crea nutrientes.
Este importante órgano almacena energía y hierro para uso futuro del cuerpo, ayuda a regular la coagulación de la sangre y elimina los glóbulos rojos viejos de la circulación.
También secreta sus productos de desecho en forma de bilis, una sustancia que ayuda en la digestión de las grasas.
Tu veterinario puede recomendarte un análisis de sangre para verificar los valores hepáticos de tu perro.
Esto puede ser parte de una evaluación de rutina para obtener una imagen más completa de la salud general de tu mascota.
¿Qué es la fosfatasa alcalina alta en perros y por qué debería importarte?
La fosfatasa alcalina (alkaline phosphatase o ALP) es una enzima que juega un rol clave en la salud de tu perro. Se encuentra en el hígado, huesos, intestino y otros tejidos.
En un análisis de sangre, un nivel elevado de ALP puede ser una señal de que algo no está funcionando correctamente:
- En el hígado, se libera cuando hay daño hepático o colestasis (obstrucción del flujo biliar).
- En los huesos, refleja actividad de osteoblastos, especialmente en crecimiento o enfermedades óseas.
- También puede aumentar si tu perro está recibiendo corticoides o tiene Cushing.
En Chile, donde cada vez más dueños priorizan la salud preventiva de sus mascotas, tu veterinario probablemente incluya ALP en un perfil bioquímico.
Detectar un nivel elevado a tiempo puede marcar la diferencia entre un problema menor y una condición seria.
Causas más frecuentes de ALP elevada en perros
La verdadera novedad no está solo en saber que la enzima ALP puede elevarse, sino en entender por qué.
Los niveles normales de fosfatasa alcalina oscilan entre 20 y 200 unidades por litro.
Hay varios factores que pueden conducir a una fosfatasa alcalina alta en perros y aquí te presentamos los más comunes:
1. Enfermedades hepáticas y colestasis
Estas condiciones son la causa más frecuente:
- Hepatitis, cirrosis, colangitis, tumores hepáticos, hígado graso
- Problemas en la vesícula o vía biliar como cálculos o mucocele
En estos casos, ALP (específicamente isoenzima hepática, ALP-L) se eleva. Suele ir acompañado de ALT y AST al alza, más ictericia, vómitos o letargo.
2. Trastornos óseos y crecimiento
- En cachorros, el crecimiento poblacional de osteoblastos causa niveles de ALP (tipo B, ALP-B) elevados, lo cual es normal.
- En adultos puede señalar osteosarcoma, fracturas en proceso de curación o hiperparatiroidismo.
3. Hiperadrenocorticismo (Cushing) o tratamiento con corticoides
- Superior al 90 % de perros con enfermedad de Cushing muestran ALP alta.
- Los corticoides exógenos (pastillas, inyectables, tópicos) también elevan ALP, incluso con absorción sistémica mínima.
4. Enfermedades sistémicas, pancreáticas y gastroenteritis
- Pancreatitis, enteritis, sepsis e inflamación crónica pueden provocar elevación reactiva de ALP.
5. Medicamentos y toxinas
- Fenobarbital, utilizado en convulsiones, puede producir aumentos moderados a severos de ALP.
- Corticoides, como prednisona, también elevan ALP por largo tiempo tras su uso.
- Sustancias tóxicas como xilitol, hongos Amanita, metales pesados y plantas tóxicas comunes en Chile pueden afectar el hígado.
Síntomas asociados a fosfatasa alcalina alta en perros
Un nivel alto de ALP, por sí solo, no indica una enfermedad específica, sino que dirige tu atención.
Aquí te dejo los síntomas más comunes:
- Letargo, debilidad, inapetencia, vómitos, diarrea.
- Ictericia (ojos/encías amarillos), dolor abdominal.
- Mayor sed y micción, párpados caídos, “abdomen en barril” en casos de Cushing.
- Cojera, inflamación ósea o dolor, en trastornos espóreos o cancerosos.
Si tu mascota presenta estos síntomas, debes llevarla al veterinario para que la examine más a fondo.
Diagnóstico de fosfatasa alcalina alta en perros
El diagnóstico comienza con un análisis de sangre que muestra niveles elevados de fosfatasa alcalina (ALP).
Sin embargo, este hallazgo por sí solo no basta: el veterinario evaluará otros parámetros hepáticos (como ALT, AST y bilirrubina), junto con los síntomas clínicos del perro.
Dependiendo del caso, puede recomendar pruebas adicionales como ecografías abdominales, radiografías, análisis hormonales (como cortisol para descartar Cushing) o incluso una biopsia hepática.
Estas herramientas permiten identificar si el aumento de ALP se debe a una condición hepática, ósea, endocrina o farmacológica, y así establecer el tratamiento más adecuado.
¿Cómo bajar los niveles de fosfatasa alcalina en perros?
Afortunadamente, para los dueños de mascotas con problemas de fosfatasa alcalina alta, el hígado es un órgano muy sensible con la capacidad de regenerarse con el tiempo.
Al considerar los próximos pasos debes saber que no son severamente invasivos y son principalmente efectivos.
Tu veterinario puede sugerir una combinación de opciones de tratamiento, incluido el control de los valores hepáticos de tu perro durante varios meses.
Si todavía hay una preocupación, se pueden programar radiografías o una ecografía abdominal para identificar el problema.
También se podría sugerir una biopsia de hígado para profundizar más en el tema.
Los remedios medicinales incluyen suplementos de vitamina E, que es una vitamina liposoluble que se encuentra en el hígado.
La importancia de contar con un seguro para mascotas
Cuando descubres que tu perro tiene niveles altos de fosfatasa alcalina, lo primero que piensas es en su salud… pero lo segundo suele ser: ¿cuánto costará todo esto?
Consultas, exámenes de sangre, ecografías, tratamientos e incluso cirugías y hospitalizaciones pueden generar un gasto veterinario inesperado y alto. Es aquí donde un seguro para mascotas cómo Cacttus puede marcar una gran diferencia.
Prevención sin miedo al gasto
Uno de los grandes beneficios de contar con un seguro para mascotas, como el que ofrece Cacttus, es que te permite actuar rápidamente sin tener que pensar primero en el costo.
Esto es clave en casos como:
- Estudios de diagnóstico por imagen (ecografías, radiografías).
- Pruebas específicas como cortisol o ácidos biliares.
- Biopsias hepáticas u óseas.
- Hospitalizaciones por pancreatitis o cirugías por mucocele.
Tener cobertura significa que puedes seguir el protocolo que el veterinario recomienda, sin postergar decisiones por razones económicas.
